Colombia ha enfrentado retos financieros a lo largo de su historia, promoviendo la necesidad de educación financiera y recursos legales para gestionar deudas y acreedores. Normativas como la Ley 1116 de 2006 ofrecen soluciones a deudores, facilitando la reestructuración de obligaciones y la conciliación, esenciales para lograr estabilidad económica.